En una casa, un niño y su abuelo.
Al niño le cambian los libros por un ordenador con cámara.
Al niño le hacen activar la videollamada para dar clase.
El abuelo espera a que su nieto termine para darle los buenos días.
El niño habla y ve a “otros niños” a través de imágenes virtuales que se comparten por la plataforma.
El niño puede elegir qué imagen le identifica mejor para la foto de perfil. (imagen pública-virtual)
El abuelo no le va a buscar a la escuela.
El niño cuando apaga el ordenador, nota que se apaga a sí mismo. Se queda pendiente de si habrá algún amigo conectado en ese momento. No le motiva jugar a la pelota ni a las cartas con su abuelo. Es un mundo pequeño el de fuera.
El niño se deja fluir por la satisfacción constante, por el refuerzo positivo, por las superficies continuas infinitas. Se reafirma como persona al ver a los demás cuerpos virtuales, (personalidades múltiples construidas premeditadamente) pero lo hace a través de un tercer agente, a través de un medio que interfiere entre dos/múltiples materialidades que se dan en una multiplicidad de espacios y tiempos abiertos. Marea de datos, flujo de intereses y cuerpos desviados al propio beneficio económico y político.
El abuelo ya no cuenta sus batallitas, ni sus saberes y aprendizajes, ni sus errores. Como contestación recibe golpes de ego, de reivindicación y enfado.
El niño ya no observa los rayos del sol que se filtran por las pequeñas rendijas de la persiana de su extraño cuarto. Ni se queda recordando en un rincón oscuro de máxima seguridad (cabaña propia) o de aburrimiento, una emoción vivida en ese mismo espacio. Ni se cuestiona. Ni se observa. Solo ingenia cómo quieren que le vean.
El niño se encuentra dando clase online, tiene la cámara encendida.
El abuelo entra sin darse cuenta. Está desnudo.
Los niños de clase se ríen, sacan pantallazos, pero tienen el micrófono apagado.
El niño no se da cuenta.
Recibe durante todo el día mensajes, memes, fotos…
El niño se queda delante de la pantalla de la videollamada en negro, ve que no hay nadie en la reunión con sus amigos. Sólo se ve a él mismo reflejado en el cristal, con los cascos puestos. Mirando a una pantalla vacía. No siente nada.
Cada sociedad en cada época, tiene una biopolítica basada en su propio beneficio para afrontar la transformación violenta que conlleva la urgencia de una epidemia. Donde se busca la inmunidad de uno mismo frente al otro (exclusión por protección inmunológica). Lo que hace que esas políticas se normalicen, penetren y se hagan necesarias en los cuerpos vivos individuales. Así, el cuerpo individual como política de la frontera, hogar-cuerpo, control biopolítico del cuerpo en la celda de la portabilidad tecnológica conectada y en la prisión del hogar. Se fusionan el teleconsumo y la teleproducción, así como la biovigilancia, lo que supone una autodestrucción del propio cuerpo “inmune”.
Política de la frontera del cuerpo social al cuerpo individual = “yo soy el culpable” (demuni). Retirada a la prosumición y a la extimidad del hogar, donde se aceptan, se normalizan y se justifican las nuevas necesidades del Covid-19 (vida/muerte) ¿O es acaso la biopolítica la que entra en “nuestras decisiones” para radicalizar los nuevos cambios que se estaban produciendo a pequeña escala?¿Cómo afecta que la producción y el consumo, así como la frontera entre lo material y lo virtual entre en conflicto en el propio hogar-cuerpo individualizado e inmunizado, la máscara del nuevo individuo, como estrategia biopolítica de biovigilancia?
Término incorporado por primera vez en el psicoanálisis por Jacques Lacan, aunque con una definición totalmente distinta a la que nos da Paula Sibila:
¿Qué ha sucedido en la sociedad para que haya cambiado tanto la idea de lo íntimo?
Este nuevo espacio entre la intimidad y lo público, lo éxtimo, se define como la intimidad que exhibimos en las redes sociales (Futuro Presente, El derrame de lo subjetivo y la construcción de un real asistido, pág 94)
Las redes, así mismo, son lugares de diseño de personalidades ---> Pulsión escópica, Super Ego. Como argumenta José Errasti profesor de Psicología en la Universidad de Oviedo:
Hay mayor premeditación, mayor grado de desapego respecto del contexto inmediato del individuo, mayor histrionismo, un carácter más autista al no estar entretejido en el diálogo emocional inmediato con el cara a cara con el otro... Antes los factores por los que uno triunfaba o era aceptado en un grupo eran lo que uno decía, o si resultaba ingenioso, etcétera. En la actualidad, una forma de triunfar son las imágenes que cada uno presenta de sí mismo ante los demás.
¿CARENCIA DE PRESENCIA?¿PRESENTE VACÍO? ¿NECESIDAD DE ESTAR CONSTANTEMENTE CONECTADOS POR NO POSEER PASADO NI FUTURO DENSO? ¿POR NO TENER TIEMPO?
UNA Europa argumenta:
es muy representativa de la aproximación que deberíamos hacer para la próxima pandemia, necesitamos redes para trabajar contra esto, ya que es imposible que instituciones individuales se enfrenten a algo así y en estos momentos estamos experimentando ese fallo masivo. La principal solución que podemos encontrar para esta pandemia y para las próximas que vengan son redes organizadas en torno al conocimiento, sin olvidar la ética y la comunicación
Julio Mayol, director médico del Hospital Clínico San Carlos y profesor de Cirugía en la UCM
¿Son las plataformas de videollamada específicamente colaborativas? ¿Acaso no aíslan individualmente en cada cuadradito oscuro? ¿Hay sensación de red y unión?
La videollamada como "..." de incertidumbre y desconocimiento, sin presencia.
No llegamos a poder apropiarnos de ella, no se puede transitar ni navegar (raro porque está conectada a internet) ----> no puede ser un no lugar
ni un lugar en sí mismo; solo podemos identificarnos a través de imágenes. (y ni eso)
¿ESTAMOS EN UN LUGAR REALMENTE? ¿ACASO NO NOS PRODUCE UN EXTRAÑAMIENTO, UNA INCOMODIDAD, UNA FALTA?
¿COMO ES NUESTRO HOGAR AL CONECTARNOS? ¿CÓMO SE PODRÍA HACER PRESENCIA?
Pau Waelder escribe en su exposición "Selphish. L’exposition de soi":
Our online ego is therefore made of data, which build a portrait that can be quite apart from reality. Lawyer and researcher Bernard E. Harcourt coined the term “expository society” to refer the culture in which the constant need to expose the self facilitates a generalized surveillance, which does not even have to be imposed.
Presencia:
2. f. Asistencia o estado de una cosa que se halla delante de otra u otras o en el mismo sitio que ellas.
5. f. Memoria de una imagen o idea, o representación de ella.
Realidad:
2. f. Verdad, lo que ocurre verdaderamente.
Verdad:
3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.
Simular:
1. tr. Representar algo, fingiendo o imitando lo que no es.
¿PRESENCIA = SIMULACIÓN?