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Está ocurriendo que, con el confinamiento, todo lo que miraba y giraba entorno al "afuera", lo "público", ahora se establece en un adentro (y no ya una mirada exterior). Por ejemplo, los presentadores de televisión presentan desde sus habitaciones propias. Toda la televisión está ahora orientada al "adentro", al curiosear cómo son esas intimidades. (lo que da cierto morbo al espectador, un acontecimiento que me recuerda peligrosamente a los realitys) Todos los personajes públicos se muestran en sus pequeñas intimidades (lo que los acerca a las masas). Esto, sin lugar a dudas, está reforzando y situando al extremo la dialéctica entre lo privado y lo público, en la actualidad. El hogar ya ha dejado de ser algo tuyo propio, está abierto a una multitud de ojos.
“Una virtualización del espacio público que lo traslada a lo privado, sucediéndose lo íntimo en el colectivo público virtual.”
Este nuevo espacio donde lo íntimo transgrede lo público en la red, se pone en criticidad a raíz de una frase que se encuentra en la página web de una institución pública:
”(...) Aprovecharnos de las nuevas herramientas digitales para meternos en tu salón, o en tu cocina o incluso en el cuarto de los niños.”
Esta frase abre múltiples dialécticas :
Así, dada la situación de la nueva normalidad de la asistencia al aula virtual por medio de videollamadas, hace que se pueda observar la intimidad del “otro“, ver lo que se nos estaba vetado. Este ojo transgresor se identificó cuando la situación se volvió extrema; cuando se hizo una videollamada y el “otro” se tuvo que ir; me abrió sin permiso su “cuarto propio”. Uno se siente extrañado frente a una pantalla y que en esa pantalla se puedan ver otras intimidades sin estar realmente (materialmente) en ese lugar abierto (¿o está cerrado?).
En una entrevista en el programa de televisión Late Motiv con Luz Sánchez- Mellado, periodista española de El País, comentaba que ella al hacer entrevistas por medio de una plataforma online, sucedía que, los entrevistados se sentían menos tensos y más seguros detrás de una pantalla, por lo que ella admitía que les desarmaba muy rápidamente, dialogaban más abiertamente, eran más accesibles. Este hecho hizo que se conectaran múltiples cabos. Comenzando por la seguridad de la no presencialidad, el robo del campo visual de la intimidad ajena, el sentirse vigilante y vigilado, el poder que se le otorga a uno ante la posibilidad de ver más allá de lo permitido. Este roce con la ilegalidad (o la nueva legalidad) establece nuevas normas, nuevas posibilidades de “robo“ de objetos que no te pertenecen; la nueva dimensión de ladrón.
Se puede, de esta forma, remontarse a los siglos XVI, XVII y XVIII, a los Gabinetes de Curiosidades (Wunderkammern) donde se coleccionaban y exponían objetos exóticos provenientes de todos los rincones del mundo conocido. Objetos que la mayoría de ellos habían sido despojados de sus verdaderos propietarios en la época del colonialismo Europeo. Eran verdaderos espacios de latronis.
"En la actualidad, ¿Es lo mismo robar virtualmente que materialmente?"
Finalmente, se ideó una pequeña producción que dialogara con este nuevo lugar de exposición de objetos robados vía videollamada (internet). Donde a través de un software de tour virtual KRPANO, se realizó una fotografía 360 de mi habitación propia. En ella, por medio de programación (tuve la ayuda de Manuel Minch, con la prestación de su galería Internet Moon Gallery, en su realización) se posicionaron todos los objetos robados de las intimidades de conocidos y amigos. Para llegar a coger dichos objetos, se utilizó la herramienta de Google, Google Lens, que permite escanear cualquier fotografía (encontrando cualquier objeto) para definir una cantidad de búsquedas relacionadas con dicho objeto. Así, de un aparente gabinete de hogar donde se muestran objetos, que en un primer momento se perciben como cotidianos; estos objetos hacen que se produzca un extrañamiento al clickar sobre ellos y reconocerlos en los cuartos propios ajenos.
La investigación se inserta, de esta forma, dentro del marco de la experiencia relacional arte-tecnología junto con la activación del usuario en un entorno inmersivo. Por ello, se investigan las metodologías de las nuevas prácticas artísticas desde una perspectiva múltiple y traslacional, dejando como objetivo la creación de presencias como marco artístico, nuevo enfoque en la experiencia creador/obra/espectador. Ya sea desde el lugar del objeto como medio, ya sea desde la perspectiva del espacio como recorrido que se activa, ya sea desde las nuevas plataformas virtuales aún sin explorar; la experiencia del arte se desliga de la representación inmóvil, del objeto-cuadro, para dar lugar a una apropiación intangible de un líquido artístico, que se va amoldando al tiempo y al espacio, tanto físico como virtual.