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Hogar conectado

































































Dentro de este gran grupo de conceptos, se va a introducir El hogar conectado entendido como una multiplicidad de espacios, de tiempos y de velocidades en una constante hiperconexión y tiempo fluído.

De esta forma, se entiende el hogar como un espacio en constante mutación, resignificación, gestación… cómo se dan unas nuevas formas de hacer y experienciar el espacio doméstico a través de la apertura de lugares-código, de redes comunicativas y sociales, y cómo ésta altera hábitos y genera otras formas ‘performáticas’ dentro de la intimidad de la vida de las personas.

La extimidad, lo privado e íntimo del hogar físico se abre a la publicidad de los medios y de las redes sociales. Así como, la subjetividad e identidad de uno/a mismo/a en red, el modo en que se habita la red y el habitar como acción física y espacial, a las nuevas formas de experienciar hogar tanto virtual como material en la nueva realidad híbrida que nos acontece.

Dentro de este estudio se han abordado las distintas propuestas expuestas en tiempos alejados de Gastón Bachelard, Jean Baudrillard pero también de visiones actualizadas de Remedios Zafra, Sadie Plant, Franco Bifo Berardi, Luciano Floridi, Paul Virilio, Mary Flanagan, entre otr+s. Todos ell+s han abierto caminos a la reflexión del cambio de visión de los espacios de seguridad e intimidad, la vulnerabilidad de los cuerpos conectados, la variabilidad del habitar y la criticidad al nuevo sujeto inforg , donde lo online-offline se disipa dando lugar a la vida onlife que, adjunta Floridi, es la característica propia de la infoesfera.


Se van a presentar diferentes miradas y condiciones con respecto a la actual idea de casa y a su modo de ser habitada desde la modernidad hasta la actualidad: El hogar como refugio-cabaña esencial, como no-lugar, como espacio de vigilancia y de ser vigilado, la casa que se traslada y se transporta, la casa éxtima, espacios de habitar virtuales, entre otr+s...


a.Hogar físico y de ensoñación

En un primer momento, se identificó y se situó el hogar como territorio del ser, espacio físico e imaginativo donde uno se va construyendo a raíz de sus experiencias más subjetivas con respecto a sus espacios y lugares de seguridad e intimidad; recuerdos de soledad.


Se estudió la falta de procedencia y de conexión de la casa más geométrica en una sociedad cambiante y sin raíces. Así, a través de una pequeña producción para la asignatura de estrategias artísticas de tercero del grado de Bellas Artes en la UCM, curso 2018/2019, llamada Traslado se investigó la manera de ver y experienciar la casa y sus espacios metafísicos; los habitares y las actuaciones en uno mismo. “Es frustrante verse forzado a vivir en un espacio que uno no puede reconocer como su propio territorio personal.“





















La breve contextualización de la obra se centra en el discurso de la nueva sociedad de consumo y de los desplazamientos masivos, donde se encuentran cada vez más casos de depresión y de extrañamiento por la falta de procedencia a un lugar, el hogar como refugio y preparación para la vida pública.


La investigación abarca, a grandes rasgos, cómo la casa, el hecho de habitar en ella, es un reflejo de nuestra identidad. Nos construimos en un espacio que nos apropiamos con nuestros recuerdos e imágenes de infancia; aquellos recuerdos de soledad y aburrimiento.


Al trasladarnos o mudarnos, esos recuerdos se hallan flotando en nuestra mente, los intentamos buscar en un espacio que ya no es el “hogar” sino la “casa”; cascarón físico. El hogar queda así vacío de identidades e historias (ya no tiene memoria), sentimos extrañeza ante esta situación de anulación del espacio.


En 1957, Gastón Bachelard publica la Poética del Espacio, en este texto el filósofo estudia la fenomenología de las imágenes del hogar. Cómo éstas crean micronarrativas que nos afectan en la identidad personal subjetiva, escribía:“el hogar es un estado del alma“.
En esta cita el autor hace referencia a la casa como contenedor de imágenes del recuerdo, a la dimensión más allá de la geométrica, ‘la casa es la piel subjetiva’.
La casa natal es un albergue de soledad e intimidad, de dialécticas e historias; de costumbres orgánicas de uno mismo. Cuando se pierde la casa de la infancia, se siente nostalgia por no haberla vivido en su intensidad y grandeza, un remordimiento de quererla disfrutar en la realidad pero te extrañas al no poder ubicarla en ningún lugar.
La casa de la infancia pasa así a las imágenes, al ensueño que hace que se revivan en todo su esplendor; más allá de lo real. Esos recuerdos se encuentran desordenados por todo tu ser, no eres capaz de rememorar correctamente:“En la casa no hemos soñado bastante. [...] podemos volver a encontrarla en el ensueño, el enlace se efectúa mal.“


Otro autor que hace referencia al hecho de habitar es Michel de Certeau en La Invención de lo Cotidiano. Donde reflexiona sobre la ciudad vacía de historias, de identidades, de raíces-pasado; nada abierto por medio de un recuerdo o un cuento, a causa de la sociedad de consumo y de la identidad colectiva:“habitar significa recordar en el presente todas las intimidades“


En 2016, el arquitecto Juhani Pallasmaa publicó un conjunto de textos escritos durante las tres décadas anteriores y que recopila en un libro titulado Habitar (en una función más arquitectónica). En este libro escribe acerca de que el traslado es la transformación de nuevas formas físicas del hogar experiencial, esto es, la identidad del hogar y del recuerdo.
Alude también a la comparación de la pérdida del hogar con la pérdida de un familiar/amigo, nos roban una parte de nosotros que dejamos para siempre en ese espacio practicado.
Por otro lado, apunta que un hogar se compone de unos centros de diferentes funciones y objetos domésticos que inician una simbología de inspiración individual.
En este punto, se reconecta con la obra de Bachelard, en el cual, él también expresa la vida propia que adquieren los objetos al ser expermentado subjetivamente por la ensoñación.



Así, se introduce la topofilia , definición relacionada con la concepción desde una perspectiva ontológica del lugar entendido como lugar-de-ser.


Por otro lado, en una contraposición, destaca Martin Heidegger y su libro El Arte y el Espacio, en él se cuestiona el espacio y comenta: “La objetividad del espacio como correlato de la subjetividad de una conciencia”.


Zygmunt Bauman sociólogo y filósofo, describe la sociedad moderna como ”líquida”, donde todo se encuentra en constante movimiento y cambio, así como también enuncia y describe cinco conceptos: emancipación, individualidad, tiempo/espacio, trabajo y comunidad.


En ciertas sociedades del S.XXI, la identidad se ve forzosamente acribillada por un imaginario colectivo, siendo la individualidad una de las características más marcadas17, así como la hiperrealidad; término que se amplía más adelante, se hace latente.
Vivimos en un juego continuo de engaño y de deseo de una realidad que difiere de lo real pero que la imaginamos y la sentimos físicamente.

b.Cambio de paradigma en el hogar: Hogar Mutante

De esta forma, nos ubicamos en la era de la hiperconexión e hiperrealidad, donde la materialidad propia de la fenomenología del habitar hogar cambia de sentido. Una era en la que la simulación es la base de toda conectividad, ya que ya no existe frontera alguna entre la realidad y lo imaginario (los signos). La hiperrealidad crea simulacros de una realidad-otraa través de imágenes que ya no son representaciones de una realidad sino que existen por sí mismas, a través de escrituras y conceptos (el lenguaje) que construyen la percepción y por tanto son vistas, interpretadas, representadas y resignificadas en el colectivo individual, “la percepción viene necesariamente mediada por conceptos, como si fueran las interfaces a través de las cuales la realidad es vista e interpretada”.


Esta individualización del individuo a través de estrategias publicitarias no es más que una paradoja de creación de masas que respondan a los intereses del mercado: “Mass (age) is Message (...) Las masas y los media son un mismo proceso.”


El sociologo Manuel Castells afirma que las tecnologías de la información han permeado hasta tal punto nuestra sociedad, que han llegado a convertirse en “parte integral de toda actividad humana”


Como remarca Baudrillard en el texto de 1975 El Éxtasis de la Comunicación, la sociedad nos impone una simulación que hace que se creen modos de vida y hacer con respecto a esta falsedad, nos hacen creer que todo lo que nos proyectan es una cuestión real, es lo que hay. Muchas veces, todo es un espejismo, un intento de vida que supera la realidad, algo de lo que carece totalmente de criterio y conciencia. “Vivimos en un mundo de simulación, en un mundo en el que la más alta función del signo es hacer que desaparezca la realidad y, a la vez, esconder esta desaparición”, decía hace casi cinco décadas.


Es el mundo de la conectividad, de las redes sociales y, en última instancia, de las videollamadas. Un mundo que se ha desplazado a un punto en el que todas las personas están dentro, una hiperconexión individual donde poder ser otr+ en una multiplicidad de tiempos y espacios; una red cibernética.


El ciberespacio que acoge los digicuerpos/ datoscuerpos, concepto al que acudiré de nuevo en el apartado ‘Cuerpos Conectad+s’.


Se enlaza así con la autora Remedios Zafra en su libro Un Cuarto Propio Conectado que hace referencia a Una Habitación Propia de Virginia Woolf donde aparece la crítica de la necesidad de un cuarto propio para poder ser con libertad, una mirada de empoderamiento de la mujer en el contexto de principios del siglo XX.


Una obra que se centra en lo físico y lo mental de la relación de hogar con uno mismo, en el espacio de la topofilia antes mencionado.


La autora abre una nueva lectura de la habitación conectada a la red, centrándose en los nuevos paradigmas de la casa hiperconectada, la casa sin distancia, la casa múltiple y multiplicada; así como del sujeto que se construye en las interfaces y plataformas de redes sociales; los Yoes e hipercuerpos exagerados; representaciones de esas imágenes-datos; imágenes que son códigos binarios traducidos por algoritmos dentro de un sistema informático, cada vez más realistas hasta el punto de experienciar y sentir como propio real dentro de la experiencia íntima relacional del hogar.


De esta forma, nuestra identidad se halla fragmentada y múltiple, tenemos determinados comportamientos arraigados según nuestro espacio de acción, ya sea virtual o social: “Concepción extremada mente constructivista de la identidad moderna, que suele presentarse como hiper-reflexiva, como un producto integral del discurso y como intrínsecamente fragmentada, múltiple, híbrida y fluida.


Seguimos las dinámicas del S XXI donde la globalización supone todas las nuevas formas de comunicación e información ligada al avance del uso de las nuevas tecnologías en la sociedad-red genera la creación y transformación de las identidades sociales y sus representaciones simbólicas basadas en la hiperconexión y en la individualización, “las fuerzas sociales se enfrentan cotidianamente a las formas de control del flujo de la información, circulación y producción artística y cultural” en la formación de una identidad-otra maleable que se constituye a través de imágenes que pueden llegar a ser signos y por ende, representaciones reales (re-significación) o simulaciones.


De este modo, Luciano Floridi en The Onlife Manifesto, enumera los cambios que suponen las TIC (tecnologías de la información y comunicación) con respecto a los marcos de referencia tradicionales:
• El desvanecimiento de los límites entre lo real y lo virtual;
• El desvanecimiento de los límites entre ser humano, máquina y naturaleza;
• El paso de la escasez a la sobreabundancia informativa;
• La transición del primado de las cosas al primado de la interacción.”


El desvanecimiento de los límites de lo real junto con lo virtual, el ser humano junto con la máquina, el espacio y el tiempo… hace que toda la esfera de comunicación e interacción social se modifique, se generen comportamientos adaptados y mediados por esta aceleración y fusión; cambios que afectan visiblemente en cómo se ve al otro con respecto a uno mismo, en cómo se constituyen y se comportan estos otros individuos en el medio en el que se hallan.


c.En casa en todos lados

Antes de la pandemia, todas las operaciones ya habían cambiado de sentido, en ese contexto la noción de ‘nómada’ se resignificó.


Se ha navegado por el concepto de nomadismo contemporáneo para enfocar el horizonte de búsqueda y reflexión hacia parámetros más específicos dentro de este giro informacional, giro hacia la datificación, la infosfera que ahora se halla llena de sentido ya que los datos son “los signos intencionales que rodean al organismo sensible.”


Como argumenta Paul Virilio, el hecho de estar conectados nos mantiene como en «casa», el tener una aplicación en Apple Store que se llama Hogar dice mucho de cómo se está produciendo ese desplazamientos del lugar matérico al virtual.


“Pero cuidado: sedentarios no son los que se quedan quietos en sus casas, sino los que se sienten en sus casas en cualquier lado, conectados con sus teléfonos celulares, ¿ell+s están conectados?”


Así, se desplaza la materia, (la arquitectura) la casa, a un dispositivo que te mantiene conectado. (No ya tú como sujeto frente a la arquitectura, sino un intermediario (o un mediador) que genere ese enfrentamiento virtual con la ”casa”).


De esta forma, el desplazamiento constante hacia un afuera del habitar abrió nuevos enfoques de hogar como no-lugar, zona de tránsito y no habitabilidad, de no memoria.


La etimología latina del verbo habitar es habitare, frecuentativo de habere (tener). Por lo que podemos entender este término como “tener de manera reiterada”. En ese sentido, se habla del lugar que tenemos; si estamos de paso o de visita, no lo habitamos.


Los no-lugares como residuos de la nueva sociedad, donde la casa se está viendo desplazada de ese primer lugar íntimo de calor y protección. Se va a recuperar y definir el término extimidad en los próximos apartados como ‘extrañamiento del espacio más íntimo’; los no-lugares se enmarcan en los lugares antropológicos que revolucionados por las nuevas tecnologías de alta velocidad y conectividad, vacían de todo sentido y memoria; se generan aberturas de espacios sin mirada, sin profundidad.


Así, sí se extraña lo más íntimo y el hogar se desplaza como no-lugar; ¿Dónde estaría el refugio, la cabaña de seguridad y de memoria para una misma con respecto a un/a otro/a?
Desde esta pregunta retórica se plantea una producción en la que se busca esa pertenencia y ese habitare que ya no se encuentra en la casa (debido a las prácticas de movilidad antes descritas) sino que se proyecta una posibilidad de llevar la casa a cuestas pero textil, hecha con tejidos y tiempos relacionales; vuelta al hogar como materia pero en la hiperconexión y en la mutación, una perspectiva que Remedios Zafra va a acoger en su reflexión acerca de los cuerpos y el ciberespacio. (se introduce más adelante).
Confección de una mochila-casa para la elaboración de una performance; proyecto situado en la asignatura de Propuestas Pluridisciplinarias de 3 grado de Bellas Artes.























Esta pequeña producción tiene que ver con la percepción del hogar no solo como casa estática (material) sino como hábitat que portas contigo, en el tránsito, el habitar como práctica que no se da en un solo espacio sino en multiplicidad de ellos; podría devenir del sentimiento de huida del lugar en el que se albergan multitud de secretos, miedos, recuerdos, sensaciones y conexiones. Ya que pueden o no formar parte de la concepción de hogar.
Se ha designado un nuevo sedentario, donde el movimiento constante entra dentro de su habitar, donde la casa la lleva a cuestas, consigo. ‘¿Sujeto conectado?’





























Se trata de esta forma, de una mochila cosida a mano con telas recicladas de retales de cortinas, camisetas, ules… El procedimiento seguido fue el siguiente:
1. Recogida de todas las telas que no tenían un uso en la casa.
2. Elaborar medidas y patrones para la confección. De esta manera, se efectuaron 12 piezas separadas: la bolsa con doble cosido ( 2 piezas ), la tapadera “tejado“ ( 5 piezas ), las dos asas ( 2 piezas por cada una) y por último, la base (1 pieza). Todas ellas ensambladas para configurar una única pieza, que es la mochila.
3. Cosido con hilo blanco y gris.
4. Creación de collage que indican las dos ventanas y la puerta de esta casa-mochila.
5. Se termina finalmente con la ejecución de una performance.
Es cierto que las dinámicas post-pandémicas han cambiado radicalmente esta aproximación y tensión por medio del arte. Actualmente, el sentimiento de que llevas el hogar contigo se ha resignificado. El mero hecho de “tener que quedarte en casa”, sin poder elegir (libertad) cuál es la tuya o simplemente llegando a tener una, hace que esa casa se torne desconocida y por ende, tu persona.
















































































































































































d.La casa vigía



En este apartado, la “tipología de casa” adquiere sentido y urgencia durante el confinamiento de marzo de 2019. Al proclamarse el estado de alarma, la vida pública se encerró en sus casas. Los únicos espacios en lo que se daba un intercambio social eran en los balcones, siendo éstos el epicentro, el microcosmos que hizo que las redes sociales ardieran con todo tipo de creatividades. Pero también de policías de balcón.


Esto hace que uno sienta que la casa vigila vayas a donde vayas, que seas el punto de mira de unos francotiradores agazapados en los balcones. Una práctica que se ha intensificado en este confinamiento pero que se viene dando desde el cambio de siglo, debido al aceleramiento de la sociedad red, de masas y del giro informacional.

Con la lectura de En el Enjambre de Byung Chul Han, se definieron aquellos comportamientos que las personas “policías” habían adquirido, aunque dicho ensayo se ubica en lecturas anteriores a la pandemia global. En él, el autor menciona la falta de respeto, la falta de respicere que no es más que ”mirar reiteradamente a uno desde la distancia y tenerlo en especial consideración.”
En la era digital, no hay “esfera privada ninguna donde yo no sea una imagen (objeto)” argumenta Byung Chul Han; de esta forma, se recoge el concepto de haters que son aquellos que frente al anonimato de la red no tienen respeto, un spectare que carece de la mirada reiterada y distanciada. Este spectare dio lugar a spectaculum, espectáculo, un mirar vacío y morboso. Ya que lo anónimo va muy ligado a la falta de respeto tanto en las redes sociales como en la vida ”real” y se funde con la idea de casa vigilante hiperconectada y la dinámica que se produjo durante el confinamiento.


Dando lugar a unas prácticas donde el respeto de la vida pública se ha confundido con la esfera privada. Los policías de balcón desde sus intimidades digitales hacia un afuera público, no ya solamente desde el ciberespacio sino recogiendo la red digital y llevándola al afuera, a la publicidad de la vida comunal. Los vecinos (que en teoría no son anónimos) ahora son parte de un anonimato que se funde con los haters/ odiadores de Internet. Así realidad y virtualidad se confunden en un mismo espacio de acción.


Estos haters van contra o para personas particulares, un hecho curioso cuando lo hacen por medio de una red hiperconectada.Este breve acercamiento a este campo de investigación que surgió en plena crisis pandémica sirvió de punto de partida para el siguiente concepto, producción e investigación artística.





e.Extemidad en el hogar conectado

Dentro del término extimidad, neologismo proveniente de la palabra francesa ‘intimité’ (intimidad) más el prefijo ex- , término que concibió Jacques Lacan en el seminario de La ética del psicoanálisis en el año 1958. Sin embargo, éste se acuñó para definir “la manera en que el psicoanálisis problematiza las aparentes oposiciones entre lo interno y lo externo, entre el contenedor y el contenido, etc.”

Teresa Vicente Illoro